Para poder estudiar el libro de Gálatas necesitamos conocer dos cosas: a quien iba dirigida la carta y el autor de ella. Es decir: saber quiénes eran los gálatas; su historia, cultura y religión. Y saber o conocer al autor del libro; su historia, cultura y religión, porque es imposible entender
cualquier escrito, si no se conoce el trasfondo cultural de quien lo escribe y a quien va dirigido. Pretender entender un escrito del primer siglo, dirigido a una comunidad con costumbres abismalmente diferentes a las del siglo 21, es una osadía, que solo, como dijo Pedro, “los indoctos e inconstantes” se atrevieron en ese entonces y se siguen atreviendo hoy en día. (2Pedro 3:16)
Siempre al estudiar las cartas de Pablo, debemos tener en cuenta que el propósito de todas ellas era el de resolver inquietudes, solucionar problemas, o dar consejos a las comunidades que a lo largo de sus viajes estableció, sin ignorar que eran comunidades mayormente gentiles con núcleos importantes judíos, lo cual daba cabida a problemas no solo culturales sino también religiosos. Pero las cartas no son doctrina nueva como base de una nueva religión porque nunca, jamás, fue la intención de Pablo fundar una nueva religión, ir en contra de las enseñanzas de Yeshua, enseñar o autorizar a quebrantar la Torah (que el mismo guardaba), ni apostatar o invitar a apostatar de su fe – “Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Elohim de mis padres, creyendo todas las cosas que en la Torah y en los profetas están escritas” – Hechos 24:14. De las cartas 4 son personales y las demás colectivas.
Galacia era una antigua región del Asia Menor (actualmente Turquía) donde se asentaron algunas tribus migratorias de galos procedentes de las tierras germanas a principio del siglo III A.C. La región tomó su nombre de estos galos y sus habitantes fueron llamados Gálatas. A la muerte de su tercer rey Amyntais en el año 25 A.C, Galacia fue incorporada al Imperio Romano por Octavian Augustus, convirtiéndose así en una provincia romana. Los Gálatas practicaban una forma de politeísmo romano-celtico. La población era mixta y la formaban en su parte central los gálatas (galos), y en otras partes griegos y los anatolios. Algunas ciudades tenían florecientes comunidades judías. Los gálatas retuvieron su lengua, sus costumbres y sus ritos religiosos nativos, pero a éstos añadieron elementos de culto de los misterios frigios, cuya principal deidad era Cibeles, la Magna Mater, una diosa de la fertilidad. Estaba asociada con su hijo y esposo, el dios sol, a quien los griegos llamaron Adonis. Cada año se celebraba la muerte de este dios y su reaparición se celebraba con danzas orgiásticas y ritos inmorales en relación con los cuales las mujeres ofrecían sus cuerpos en prostitución sin perder sus honores civiles ni su posición social. Los soldados romanos fueron influenciados por los ritos frigios. Los conversos frigios fueron responsables de la introducción de algunas de las ideas de los cultos de misterios frigios, en la iglesia, como por ejemplo: El montanismo, que fue un movimiento que se produjo en el interior de las comunidades cristianas primitivas, como esfuerzo para revalidar las realidades espirituales y escatológicas de los primeros tiempos de la iglesia. El elemento dominante del montanismo era la profecía, y sus profetas se consideraban receptores de la divinidad, es decir: no eran ellos quienes hablaban, era el Espíritu Santo quien hablaba por su boca. Así el profeta era un nuevo paráclito que continuaba la revelación contenida en el evangelio. ¿Le suena esto familiar? Creo que bastante parecido a los hoy llamados profetas, lo cual muestra como la iglesia a medida que pasan los años en vez de purificarse y volver a la Torah, se aparta cada día más o se estanca en lo que unos cuantos llamados padres de la iglesia establecieron como divino.
Como podemos ver, en Galacia no solo vivían griegos y galos, también había judíos. Era una población bien diversa y por supuesto cada comunidad tenía su culto, sus dioses, sus costumbres. Aunque Roma siempre trato de helenizar todas sus provincias, para los gálatas no eran ningún problema adorar dioses de otros pueblo, es así como los vemos suplantando sus deidades por deidades romanas.
Este era el panorama y ambiente que encontró Pablo al llegar a Galacia. Una ciudad llena de paganismo con unos cuantos núcleos judíos, algunos fieles a su fe, otros más liberales ya helenizados que no daban tanta importancia a los ritos como sus hermanos ortodoxos.
¿Quién fue Pablo? Sabemos que no fue ni apóstol ni discípulo de Yeshua. Nació en Tarso (hoy Turquía) entre los años 5 -10 D.C, lo cual indica que fue contemporáneo de Yeshua, pero se cree que no lo conoció personalmente. Tarso era una ciudad muy importante por su ubicación, era el cruce de varias rutas comerciales, y famosa por la fabricación de “cilicio”, tela fuerte hecha de pelo de cabra para las tiendas de los nómadas, oficio que ejercía Pablo – “Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había ordenado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos y como eran del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas” Hechos 18:1-3.
Pero dejemos que Pablo mismo se presente: “Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Elohim, como hoy lo sois todos vosotros. Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres” – Hechos 22:3-4. “Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos; los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificar, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo” – Hechos 26:5. “Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Yeshua de Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras” – Hechos 26:9-11.
Hay muchos aspectos de la vida de Pablo que son necesario considerar:
Fue fariseo – lo cual significa que a la edad de 20 años sabía toda la Torah de memoria.
Instruido por Gamaliel – quien fue un rabino judío, fariseo, doctor de la ley y prominente miembro del sanedrín, hijo de Simón, nieto de Hillel, rabino nacido en Babilonia en el año 110 A.C. y quien fundó una escuela para la interpretación de las Escrituras.
Nacido en Tarso – hoy Turquía igual que Galacia; y aunque Pablo fue criado e instruido en Jerusalén, conocía muy bien la cultura y el politeísmo de la región del Asia Menor donde se encontraban las dos ciudades.
Perseguidor del Camino – lo cual hizo que muchos desconfiaran de él
Pero el punto que necesitamos resaltar para nuestro estudio de Gálatas, es el hecho de que; fue fariseo instruido por Gamaliel quien era nieto de Hillel. ¿Por qué? Porque Hillel fue el fundador de una de las dos escuelas en las cuales estaban divididos los fariseos: la escuela de Hillel y la escuela de Shamai, cuyas interpretaciones fueron aceptadas por la mayoría de los judíos. Los fariseos tomaron el control del judaísmo oficial, y transformaron el culto. Fueron contemporáneos con los saduceos, esenios y zelotes.
Hillel, de donde venía Gamaliel y por consiguiente Pablo, decía que los prosélitos o temerosos de Elohim, tenían parte en el mudo venidero. Shamai decía que solo los que se convirtieran al judaísmo por el ritual de la conversión (circuncisión), tenían parte. Les prohibía a los judíos tener contacto con los gentiles no convertidos (al judaísmo por supuesto).
En el año 20 A.C. hubo un concilio fariseo al que asistieron 3 grupos: los seguidores de Shamai, los de Hillel y los Zelotes. Muchos discípulo de Hillel fueron asesinados y Shamai tomo la supremacía y al final concluyeron con 18 ordenanzas que tenían que ver con las cosas limpias e inmundas y la interacción con los gentiles. Esas 18 ordenanzas moldearon el judaísmo por mucho tiempo. Shamai domino el sanedrín hasta el año 70 de nuestra era. Fue Shamai quien levantó la pared de separación entre judíos y gentiles.
En Mateo 23 Yeshua confronta a los fariseos y sus ordenanzas. “Guardaos de la levadura de los fariseos” Mateo 16:6 – Yeshua les advierte sobre la doctrina de los fariseos, sus ordenanzas, las cargas que ponían sobre los hombros de los hombres, pero que ellos mismo no querían cargar. “Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos mismos ni con un dedo quieren moverlas” – Mateo 23:4.
Ya podemos entender un poco más, cual era la religión que el pueblo de Elohim observa en el tiempo cuando llegó el Mesías y que no tenía nada que ver con la Torah, y en el pasaje de Pedro y Cornelio, podemos ver lo afectados que estaban también los discípulos. “Y les dijo: vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero (gentil); pero a mí me ha mostrado Elohim que a ningún hombre llame común o inmundo” – Hechos 10:28.
“Entonces se acercaron a Yeshua ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Elohim por vuestra tradición?” – Mateo 15:1-2.
Las tradiciones de los ancianos eran las ordenanzas de los rabinos, fariseos y doctores de la ley que habían usurpado la cátedra de Moisés para enseñar lo que a ellos les parecía. No hay ni un solo mandamiento en la Torah que diga de lavarse las manos antes de comer. Habla de lavarse el cuerpo, los pies, pero no las manos; esto fue inventado por ellos. En Mateo 15:7-9, Yeshua cita a Isaías 29:13 – “… enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”
Como todas las cartas de Pablo tuvieron como fin resolver problemas o inquietudes, la carta de los Gálatas no fue una excepción, pero, ¿cuál era el problema o inquietud de los gálatas?
Para el Cristianismo que salió de la Reforma Protestante, la carta a los Gálatas es el libro en cual establecieron la teología de “Salvos por gracia”, por consiguiente el propósito de la carta a los Gálatas para ellos es bien claro. Ellos asumen que la inquietud de los gálatas era saber si eran “salvos por fe o por gracia”. Pero esta pregunta no encaja en el escenario histórico y cultural del primer siglo. Pablo no escribió esta carta dando respuesta a esa pregunta. La inquietud de los gálatas tenía que ver con la inclusión de los gentiles.
En la carta a los Romanos Pablo trata una situación parecida pero a la inversa. En Romanos 11 Pablo tiene que explicarle a los gentiles conversos, la restauración de Israel y su inclusión y lo hace a través del olivo natural y silvestre. Cuando esté estudiando la Escritura, recuerde que originalmente ella no lleva títulos, como los que encuentra en la Biblia hoy en día. Los títulos fueron puestos ahí por quienes ordenaron el canon, tal vez para ayudarle a pensar lo que ellos querían que usted pensara, pero la Escritura debe leerse y estudiarse buscando la guía del Ruaj HaKoddesh (Espíritu Santo) y no la opinión de hombres.
Yeshua fue y es judío. El es la simiente que heriría la cabeza de la serpiente, luego profetizada a Abraham. Es el Rey que ha de volver. Su venida fue planeada desde antes de la fundación del mundo. El es la razón de todos los pactos de Israel. Toda la Escritura habla de él. Se reveló como el Hijo de David, como el Hijo de Elohim, vivió una vida perfecta observando la Torah, el no vino a abrogarla sino a revelarse el mismo en las Escrituras. La Torah revela el estándar de justicia de Elohim, y como tal, cuando es practicada como un estilo consistente de vida, revela la misma marca de aquellos que confiamos y seguimos al Mesías.
“Pero YHWH había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” – Génesis 12:1-3
“Porque tú eres pueblo santo para YHWH tu Elohim; YHWH tu Elohim te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido YHWH y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto YHWH os amó y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado YHWH con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Conoce, pues, que YHWH tu Elohim, es Elohim fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones” – Deuteronomio 7:6-9.
“Pero tú, Israel, sirvo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo” – Isaías 41:8.
“Poco es para mí que tú seas mi sirvo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra” – Isaías 49:6.
La Escritura habla por sí sola. Podríamos nombrar muchas más, todas hablando de la elección de Israel, pero para el que no quiere ver, para el que está cegado con la “Teología del Reemplazo” nada es válido. Sin embargo, es un hecho, y el que quiera o no aceptarlo es irrelevante. Israel fue elegido para ser el canal a través del cual Elohim se revelaría al mundo, estaba supuesto a ser bendición y luz a las naciones, instrumento de Elohim para revelar su Torah, su Gracia, su Salvación a toda la humanidad.
Pablo lo presenta así: “… que son Israelitas, de los cuales con la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la Torah, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, de los cuales, según la carne, vino el Mesías, el cual es Elohim sobre todas las cosas, bendito por los siglos, Amén” – Romanos 9:4-5.
Israel estaba llamado a ser un pueblo separado, pero se rebeló constantemente contra Elohim, desobedeció la Torah, y en vez de ser luz a las naciones, prefirió aprender de ellas y de sus dioses y por su idolatría fue llevado cautivo y finalmente expulsado de la tierra. Pero como “irrevocables son los dones y el llamamiento de Elohim”, Israel será restaurado, su endurecimiento es temporal mientras Elohim extiende Su misericordia a las naciones e injerta en el olivo natural, todos aquellos que han de ser parte de Israel. Pablo dice que “si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?”.
Ya vimos que Israel debía enseñarle a las naciones a conocer al verdadero Elohim y Su Camino, la Torah – “Guardaos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta… Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta Torah que yo pongo hoy delante de vosotros? – Deuteronomio 4:6 y 8. Ahora analicemos el problema de los gentiles, o naciones.
“Cuando entres a la tierra que YHWH tu Elohim te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones” – Deuteronomio 18:9
“Cuando YHWH tu Elohim haya destruido delante de ti las naciones adonde tú vas para poseerlas, y las heredes, y habites en su tierra, guárdate que no tropieces yendo en pos de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré” – Deuteronomio 12:29-30.
El problema de los gentiles/naciones, era y sigue siendo, su idolatría.
¿Qué contamina a la iglesia hoy en día? Los residuos que arrastra de Roma y su paganismo.
200 años A.C. ser judío no era identidad religiosa, sino genética. La única esperanza para el hombre, era ser miembro de la comunidad del pacto y muchos gentiles buscaban ser parte de Israel. Los gentiles no eran judíos, sin embargo llenaban las sinagogas y aun el Templo en Jerusalén el cual tenía el patio de los gentiles. Había un verdadero problema con tanto gentil que quería tomar parte. Ahora, ¿cuál era el problema de que tantas etnias llegaran a ser parte de la religión judía? LA IDOLATRÍA. Era dominante entre los gentiles, y parecía inevitable que recayeran en ella arrastrando con ellos a muchos judíos. Era necesario defender la pureza de Israel de las influencias de todas las naciones que los rodeaban. Los judíos sospechaban de los gentiles aunque fueran prosélitos, veían que aunque fueran considerados judíos seguían corruptos y corrompiendo. Ser un prosélito judío acarreaba responsabilidades, pero no los eximía de sospechas. Ellos pensaban que los gentiles seguían siendo fieles a los gentiles y a sus costumbres.
Recordemos que la idolatría fue la causa de que el reino del norte, Israel, fuera llevado cautivo a Asiria. La idolatría y seguir el camino de los gentiles causo la destrucción de Jerusalén y el cautiverio a Babilonia. Luego cuando el pueblo regresa con Nehemías y Esdras, promete separarse y limpiarse de toda contaminación con los gentiles. Los Macabeos lucharon contra la asimilación de las culturas Griegas y Romanas.
Con estos problemas en mente, ya puede usted entender cuál era el problema al que se enfrentaban las comunidades de creyentes en el primer siglo, y aún antes. ¿Qué hacer con los gentiles que estaban llegando al Elohim de Jacob? ¿Rechazarlos y apartarse de ellos? Por supuesto que NO. Pero había que hacer algo.
“Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero (gentil), no teniendo temor de mí, dice YHWH de los ejércitos” – Malaquías 3:5.
“Porque YHWH tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob” – Isaías 14:1.
El rabino Helbo dijo: Los prosélitos son para Israel como una sarna, porque está escrito que se unirán a la familia de Jacob.
Los gentiles siempre han sido parte de Israel. Desde que el pueblo salió de Egipto gentiles fueron con ellos – “También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes…” – Éxodo 12:38.
Luego vemos en los versículos 48-49 – “Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para YHWH, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella. La misma Torah será para el natural y para el extranjero que habitaré entre vosotros”.
Mientras Israel viviera en un mismo lugar, no era difícil identificar a los gentiles miembros de Israel y a los gentiles paganos. Los miembros del pacto vivían y adoraban junto con Israel. El problema empezó con la dispersión y aún cuando las tribus del sur regresaron después del cautiverio en Babilonia, muchos judíos continuaron viviendo en comunidades alrededor del mundo conocido. En toda parte había judíos fieles y los gentiles se sentían atraídos al Elohim de Israel. El problema era como distinguir entre un gentil genuino adorador del Eterno Elohim, y un curioso que aún retenía sus costumbres paganas. ¿Cómo saber si un gentil era honesto o no?
Una solución era convertirlos en prosélitos a través de la circuncisión. Pero es ilógico pensar que el proceso de la conversión determinaría la sinceridad del gentil. Sin embargo, aun circuncidándose, los gentiles siempre fueron tratados con mucha sospecha.
Usted puede ser un erudito griego, ser entrenado en seminarios, pero si no conoce nada sobre la disputa que tuvo lugar en el año 20 A.C, no va a entender ni el lenguaje ni el significado de Hechos 15 y de la carta a los Gálatas.
En el tiempo, justo antes del nacimiento de Yeshua, los gentiles estaban divididos en tres grupos:
1. Los paganos: Eran los idolatras que practicaban el paganismo, nada que ver con el Elohim de Israel.
2. Los prosélitos: Convertidos y considerados judíos. Habían pasado por el proceso de la conversión.
3. Los temerosos de Elohim: Estaban en el proceso de la conversión, pero aun no eran prosélitos, eran gentiles. Les permitían estar a la puerta de la sinagoga, pero no dentro de ella.
“Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros” – Mateo 23:15. Recuerde que el prosélito estaba obligado a guardar toda la Torah, que según ellos, incluía las ordenanzas de los rabinos y las tradiciones de los ancianos (Hillel & Shamai).
El problema real aquí, era causado por los temerosos de Elohim, pues no eran prosélitos convertidos. ¿Son estos gentiles miembros de la comunidad de Israel? ¿Tienen parte en el mundo venidero? ¿Qué hacer con ellos?
Desde mucho antes del nacimiento del Mesías, por la mala interpretación de las Escrituras y por la contaminación con tradiciones y doctrinas de hombres, judíos y gentiles creyentes se han separado, y lo más triste, es que han buscando sustentación en las Escrituras para apoyar dicho distanciamiento. La Teología del Reemplazo y la carta a los Gálatas (mal interpretada) entre otros, son usados por el cristianismo para apartarse de las raíces hebreas de la fe e ignorar la Torah, mal traducida como ley, creando así una religión híbrida que cada vez se aleja más del verdadero Mesías.
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